Sus obras son reconocidas por su estilo único, que combina la frescura y la franqueza del grafiti con una exquisita técnica pictórica. Su personaje icónico es un niño llamado Mardi, que viste un abrigo de animal, luce algo abatido, tiene una expresión melancólica y un tercer ojo en la frente. A través de la perspectiva del personaje virtual Mardi, busca establecer una conexión intrínseca entre la experiencia individual y los fenómenos sociales.

La entrañable apariencia de Mardi revela una cierta tristeza, que simboliza la contemplación del artista por su entorno y su preocupación por el futuro. Espera que, a través de sus obras, la gente reflexione sobre los problemas sociales y cree un entorno mejor para las generaciones venideras.